Ricardo Curuchet, intendente de Marcos Paz, le inició una causa por calumnias e injurias a Liliana Díaz, candidata a Intendente del Partido Obrero.
La supuesta aberrante “injuria” y la monstruosa “calumnia” que habría cometido nuestra compañera Liliana Díaz, es recoger denuncias ya realizadas en forma pública por distintos funcionarios, denunciar su existencia, pedir que se investigue y denunciar su encubrimiento por parte del poder político.
En la línea de acallar y amordazar a la oposición, con más razón si se trata del partido que busca organiza a la clase trabajadora, Curuchet responde con el Código Penal. La causa penal la impulsa “el damnificado Curuchet”, no el Municipio.
En su demanda trata a la candidata del PO como "la puntera del PO”, lo cual por sí solo es una muestra del cinismo de Curuchet.
Curuchet, que integra una de las listas colectoras del kirchnerismo, tiene el cinismo de tratar de “puntera” a la única candidata que fue elegida en asambleas a través del voto democrático y soberano de sus asistentes. No pueden decir lo mismo el intendente ni otras tiendas políticas, cuyos candidatos han sido elegidos a dedo.
Pero su valentía tiene menos vuelo que su cinismo: duró menos de 48 horas desde el momento que el PO hizo pública su pretensión de “mandar a la cárcel a Liliana Díaz por denunciar”. En la mañana del 21 de septiembre, Curuchet no compareció a la audiencia fijada, lo que debe determinar la desestimación de la denuncia por parte del juez correccional.
A Curuchet no le alcanzaron ni la valentía ni el colchón político para llevar adelante esta pelea en forma pública.
La supuesta aberrante “injuria” y la monstruosa “calumnia” que habría cometido nuestra compañera Liliana Díaz, es recoger denuncias ya realizadas en forma pública por distintos funcionarios, denunciar su existencia, pedir que se investigue y denunciar su encubrimiento por parte del poder político.
En la línea de acallar y amordazar a la oposición, con más razón si se trata del partido que busca organiza a la clase trabajadora, Curuchet responde con el Código Penal. La causa penal la impulsa “el damnificado Curuchet”, no el Municipio.
En su demanda trata a la candidata del PO como "la puntera del PO”, lo cual por sí solo es una muestra del cinismo de Curuchet.
Curuchet, que integra una de las listas colectoras del kirchnerismo, tiene el cinismo de tratar de “puntera” a la única candidata que fue elegida en asambleas a través del voto democrático y soberano de sus asistentes. No pueden decir lo mismo el intendente ni otras tiendas políticas, cuyos candidatos han sido elegidos a dedo.
Pero su valentía tiene menos vuelo que su cinismo: duró menos de 48 horas desde el momento que el PO hizo pública su pretensión de “mandar a la cárcel a Liliana Díaz por denunciar”. En la mañana del 21 de septiembre, Curuchet no compareció a la audiencia fijada, lo que debe determinar la desestimación de la denuncia por parte del juez correccional.
A Curuchet no le alcanzaron ni la valentía ni el colchón político para llevar adelante esta pelea en forma pública.
Claudia Ferrero (abogada de Apel, defensora de Liliana Díaz)